Buhardilla

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domingo, 22 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO 2013-2014



2013- 2014








MI SALUDO DE NAVIDAD Y AÑO NUEVO

HOLA AMIGOS: Todos  los que buscan una respuesta, o…una  pregunta a sus sueños e ilusiones, en mis poesías, cuentos e historias.

RECIBAN MI SALUDO DE NAVIDAD Y AÑO NUEVO

Con todo mi amor y mi deseo sincero que encuentren en el 2014 su felicidad y en mis poesías y escritos, algo de su propia historia.

Gracias por visitarme, por  leerme, por sus comentarios, o por ser mis seguidores.

Dios los bendiga, su amiga,

Eva Margarita  

                                        

sábado, 30 de noviembre de 2013

CAPÍTULO IV (ULTIMO) DEL DIARIO DE MARY AN


CAPÍTULO IV (ÚLTIMO)

DEL DIARIO DE MARY AN

Como les conté: Mary An y Fernando se encontraron en la cafetería del Club  y hablaron de todo lo que  les había ocurrido en los años que  dejaron  de verse. Sus logros, sus fracasos, sus carreras y su amor.

En esta parte del diario de Mary An, quede sorprendida. Todo lo que había pasado en su casual encuentro, era natural, era lógico. Pero al leer y releer esta última parte, estaba desconcertada, no entendía el porqué  de muchas cosas. O no de muchas, de una sola. La más importante decisión en la vida de alguien. ¿El por qué? A ninguno de su grupo de amigos,  nosotros, nos comentó nada en ese entonces y ni siquiera hoy, habla de ello. 

Mary An, ya no estaba en la Ciudad. Se había marchado y para siempre. ¿Cómo averiguarle algo tan de ella, por algún medio de comunicación? Por ello, me dejo el diario, su diario y me pidió que no le preguntara nada, que escribiera sobre él y nada más.

Descubramos algo  de lo que ocurrió: Ya les conté que el encuentro de ellos fue casual, inesperado y que nunca había ocurrido en más de diez años. (El destino, siempre jugando con nosotros) Ya les comente de su charla. (Recuerdos, trabajo, estudio, logros, fracasos y amores que creyeron que podían, haber hecho olvidar el gran amor que se tuvieron) ¿Pero el amor que se tenían en ese momento, que? 

La escena era de cuento de hadas… Una linda tarde, de Junio Un jardín esplendido con perfumes de nardos, rosas y jazmines. Un lago, lleno de lotos, cisnes y patos: La música del agua, al ser movida por la brisa suave de un día de verano. El encuentro de dos enamorados, los recuerdos que despertaban sensaciones, dulces, añoranzas, tiernas y olvidos prolongados, que no eran nunca el final, sino el preludio de otro siclo de recuerdos, nuevas lágrimas y sonrisas envueltas en suspiros para continuar viviendo.

Ese era el escenario donde se encontraron.

Mary An, llevaba siempre en su mano izquierda, en el dedo anular, la argolla que Fernando le había colocado cuando se separaron. Esa tarde no era la erección. El también llevaba una argolla ancha, en la misma mano y en el mismo dedo.

Cuando terminaron de hablar de todo lo pasado en tan largo tiempo de no verse, Fernando le tomo las manos y le dijo: “Mary An, ya es hora. Casemos y no volvamos a separarnos” ¡Aquí está la sorpresa! Mary An, lo miro y le dijo: “Ya no vale la pena, hemos vivido nuestra vidas solos y separados. Ya no vale la pena y se puso a llorar” Él la abrazo, se dieron un beso, largo, luego, beso la mano y la argolla que ella llevaba y le mostró que en su argolla también decía lo mismo que en la de ella. “Fernando y Mary An y una fecha"

Mary An se levantó y salió del club, para nunca más volver.

 Días después, me entrego su diario y aunque escribí mucho todavía estando ella con nosotros, nunca lo vio. La víspera de su viaje  pasamos juntas, hablando de su vida y sus proyectos y al día siguiente, fuimos a dejarla al aeropuerto.

Fernando estaba allí. Pero no se acercaron. Cuando Mary An terminó el recorrido del túnel de acceso al avión y llego a el,  miro a lo lejos y con la mano le dijo adiós. Solo se oyó, un: ¡Oh no! Fernando, quiso pasar y no se lo permitieron. Ya estaban cerrando la puerta del avión.

Desde entonces, nunca más se volvió a saber de Fernando. Dicen… Que se fue. Que vaga por el mundo, buscando a su amor. Mientras ella, Mary An, ejerce su profesión y vive sola con sus recuerdos, sus sueños, lejos muy lejos de su Ciudad, donde nunca volvió.

Ahora, nosotros sus  amigos queremos verlos juntos. Por ello, publico el DIARIO DE MARY AN. Una mujer única y valiosa y queremos, que Fernando descubra donde esta ella y la encuentre. En otro encuentro inolvidable… Único… Definitivo…


Fin del Diario de Mary An. 

Eva  
Domingo 1 de Diciembre de 2013
Derechos de Autor Reservados         


sábado, 23 de noviembre de 2013

CAPÍTULO III DEL DIARIO DE MARY AN



CAPÍTULO III
DEL DIARIO DE MARY AN

Mary An, ya instalada en  la Universidad, nos escribió y así supimos su dirección, su teléfono y nos pidió el favor que se la diéramos a Fernando,  así lo hicimos. Pero el no recibía noticias.

Pero pasó algo: Mary An, nos escribía a nosotros, más a Fernando no. Pero en las cartas nuestras, solo hablaba  de él, preguntaba por él. Y él, moría poco a poco. Solo sabía de ella, por nuestro medio.   Decidimos llamarla para que se diera cuenta que las cartas no se las estaban entregando y así fue. Ni a él le entregaban las de ella, ni ella, las de él. (En esta oportunidad, pudieron hablar muy largo).
  
Mary An, escribió en su diario: “Gabriela, un día cualquiera, cuando Julian vino a  cenar con nosotras, le entrego un paquete de cartas. Le hizo saber, que esto no podía seguir así, que ella, no estaba dispuesta a  aguantar mi mal comportamiento y que él, me llamara la atención”.  

Según, nos contó Mary An y lo que escribió en su diario: Julian, a la que regañó y le llamó la atención fue a Gabriela y le exigió que nunca más le escondiera las cartas de Fernando. Que no se entrometiera más en la vida de ellos y que los dejara tranquilos.

Esto fue peor.  Gabriela no le hizo caso a Julian haciéndole la vida cada día más imposible a Mary An. Y la reacción de Mary An, fue peor.

Dejo de cumplir con sus labores estudiantiles, se volvió insoportable en la casa, con miras, a que se cansara Gabriela y lo consiguió.

Se arregló que volviera al país. Llego feliz. Sus padres estaban muy bien con ella, la vida igual, como siempre había sido. Volvió a la Universidad, nadie mentaba a Fernando, ni a su familia. En la Universidad no estaba, en el Club, no se encontraban, los amigos no decían nada  y nosotros, su grupito, estábamos igual a ella. Sin saber nada…

Así pasaron los primeros meses de su regreso, todo “normal” entre comillas.

Hasta que nos enteramos de una historia ¡increíble, sorprendente! Fernando, había  viajado, antes de que Mary An regresara. Él se fue a buscarla. Viaje, que hizo en un barco Mercante, donde consiguió trabajo. ¿De qué?  No lo supimos.

Allí, por Julian, supo que ya Mary An había regresado.

 En todo lo que hablaron, Julian le hizo ver a Fernando,  que ya ellos eran  mayores de edad, aunque dependientes por ser estudiantes, de sus respectivos padres, pero aun así, todo sería distinto para ellos.  

Regreso con esa esperanza. Julian le aviso a su hermana y todo parecía que se solucionaría, a su favor y pronto.

Pero no fue así. Todo siguió igual, Fernando y Mary An, no se veían, ni habían hablado, ya hacía más de un año.

Varias veces, se habían cruzado en diferentes puntos comunes para ellos, pero no pudieron, hablar, porque en esos momentos uno de los dos estaba con alguien de su familia y estas dos familias amigas, ahora eran enemigas. Aunque ninguna hablaba mal de la otra. Pero esa amistad de siempre, quedo totalmente rota. Definitivamente rota. 

Así pasaron  los años y ambos se graduaron, en diferentes Universidades, pero en las carreras que juntos habían escogido y también, sus vidas siguieron.

Los dos tuvieron diferentes novios y novias. Los dos voluntariamente o de manera involuntaria, se evitaban socialmente y los dos se recordaban y seguían amándose. ¿Por qué lo digo? Porque en todo se notaba y cuando alguno de nosotros, (amigos en común) mencionábamos al uno o al otro, solo sonreían, suspiraban y se retiraban dejándonos con la palabra en la boca. Como si se hubiesen puesto de acuerdo. Hasta en eso se parecían, estuvieron siempre tan unidos, que actuaban casi igual.

Ahora, abiertamente volvemos hablar de él, Mary An y yo. Ahora, que tengo su diario en mis manos y escribo esta historia de amor, de separación de dos niños buenos. Me doy cuenta de su dolor y de su gran amor.

Mary An, se fue nuevamente del país. Pero antes, por casualidad, (lo que nunca había ocurrido) se encontraron en la cafetería del Club. Hablaron… mucho rato, demasiado…


 Pero esto, se los contaré en otra nueva entrega, hoy no. Estoy triste y estoy con mi amiga. 

Eva 

Media noche. Sábado 24 de Noviembre de 2013
Derechos de Autor Reservados      
   
  

sábado, 9 de noviembre de 2013

CAPÍTULO II DEL DIARIO DE MARY AN






CAPÍTULO II

DEL DIARIO DE MARY AN.

 Y en pleno siglo veinte comenzó a desarrollarse  una historia increíble. ¡Del medioevo!

 Los anónimos iban y venían. También, había llamadas desobligantes que que hicieron  que el papá de  Mary An, pusiera  el caso, en manos de un  Abogado. 

(Lo mismo hizo la familia de Fernando). Y se llegó a un  acuerdo: Fernando no podría acercarse a Mary An.  Si lo hacía tenía que pagar una multa muy alta y podía volver a la cárcel. Nada era normal. ¿De qué se acusaba a Fernando?

Todos los amigos, estábamos dispuestos ayudarles.

Mary An, escribió en su diario: “Nadie me explicaba nada. No sabía nada de nada. Pero estaba dispuesta a observar, a escuchar, a espiar. Mi nana me ayudaba, Pedro, el chofer, también.  Formamos un buen equipo y comenzamos nuestra aventura” Mamá, era dolorosamente neutral”.

Sigo mi relato: Un día, Mary An vio algo que le llamó la atención. Desde el estudio, pudo observar que su parienta (Démosle, el nombre Gabriela) y la esposa de su hermano hablaban. Se reían de manera amigable y guardaban algo en un mueble del comedor.

Nada raro. Pero resulta que estas dos Señoras, cuando estaban con los demás miembros de la familia, no se mostraban tan amables y cordiales entre sí. Siempre guardaban distancia y poco hablaban de lo que estaba pasando en la casa.

Mary An, salió del estudio y después de esperar un buen rato, se dirigió al mueble del comedor y abrió uno de los cajones y vio en el, algo que le llamo la atención: era un sobre y dentro de él, habían cartas. Cartas contestación a otras, que no estaban allí y otras, que eran borradores, de algunas que  se iban a mandar.

Leyó  y se dio cuenta de todo. Estaba destrozada. Lo dejo como lo encontró y salió de allí.

 ¿Que buscaban? ¿Que había detrás, de todo estas sarta de mentiras?  ¿Que esperaban conseguir, por qué y para qué?

Además, supo quienes hacían parte de este complot. Fue duro. Ahora cuando ella vuelve a leer su diario y yo, escribo sobre él y su vida. Llora… Quiere perdonar pero no puede. Quiere olvidar y no lo consigue. Su vida ha quedado marcada con este episodio de su juventud y sueña con encontrarse de nuevo, con su amor, para dejarlo salir de su vida y poder perdonar y olvidar. 
    
(La casa era muy grande y antigua.  Se podía ver, sin ser visto, desde  muchos puntos. Mary An, buscó a su nana. Y el espionaje comenzó. Ya, más en serio, pues se conocían quienes estaban involucrados en el)… 

Luego, estas dos Señoras al ver   que nadie estaba en el estudio, tomaron el sobre de su escondite provisional  y se dirigieron a él, dejándolo en el cajón central del escritorio de su padre,  

Muy tranquila Mary An, volvió al estudio a terminar sus labores estudiantiles. Aunque no había vuelto a la Universidad, no dejaba de estudiar, para no atrasarse, en las materias que estaba viendo.

Abrió el cajón y tuvo la oportunidad ya de leer y releer cada carta y al hacerlo, se le rompía el corazón. ¡Su ídolo! Su padre. En compañía de esas dos mujeres, eran los gestores  de este drama. ¿El por qué? No estaba claro. 

¿Su padre,  fue manipulado inteligente por su nuera y por Gabriela? ¿Por qué tan débil?

 Él era un padre maravilloso, lo mismo que un esposo ejemplar, pero muy celoso, con su hija. ¡Era su niña! Fernando, era el chico preciso para su ángel. Nada le reprocho. Pero le llenaron la cabeza de mentiras. Hicieron que viera a Fernando, como un demonio, que solo quería jugar con su niña y hacerle mal.  Que no la amaba. Que quería aprovecharse de ella, en todo sentido y en todo lo que quieran pensar Uds. ahora, que nos leen. Y el, para proteger a su niña, de ese peligro, en vez de hablar, atacó de mala manera  e hizo que todo el mundo sufriera y que mi amiga y su gran amor, Fernando, se separaran para siempre.

Se acercaba el día en que debían viajar. Pero se presentó un problema más. El papá y la mamá de Mary An. No podían viajar. ¿Entonces? Era imposible cancelarlo todo.  Mary An con su parienta, Gabriela, viajaría a esa Ciudad (ella vivía allí) y se haría cargo de todo lo que tenía que ver con la Universidad y todo lo demás. Pero se olvidaron que en la misma Universidad estudiaba Julian, el hermano gemelo de Mary An y él, iba ser el  apoyo de ella.

Llegó el día del viaje: Fernando luchó como un loco desesperado, para que no los separaran. Pero lo único que consiguió fue un permiso, que lo autorizaba a ir al Aeropuerto y estar junto a Mary An. Allí se vieron juntaron sus manos y no las separaron un instante...

 Él le coloco una argolla con tres esmeraldas y le prometió esperarla siempre y ella… hizo lo mismo. Llamaron a los pasajeros a bordo y el la acompañó hasta la escalinata del avión. No hablaban, solo se miraban y las lágrimas corrían por las mejillas de aquellos adolescentes que se amaban con la pureza y la grandeza del primer amor.

 En la puerta del avión se abrazaron y se dieron un beso, largo y silencioso. Se separaron, sin saber que también, sus vidas, se separarían para siempre.

Pero este, no fue el final de esta linda historia… Esperen el próximo capítulo.

Eva.


Sábado 10 de noviembre de 2013
Derechos de Autor Reservados             

lunes, 28 de octubre de 2013

EL DIARIO DE MARY AN. (Capítulo I)



EL DIARIO DE MARY AN.

Capítulo I


“Se llamaba Fernando... Llego a mi  casa  con mi primo. Me buscaban… Querían, les explicara algo sobre historia.

Ninguno de los dos hablamos. Emilio nos presentó y desde ese instante, algo inexplicable sucedió en  nosotros. Les  indicaba y note, que solo mi primo escuchaba.  Fernando, me  miraba  a los ojos.

Yo, estaba incomoda. A veces, por no decir muchas, me equivoque en mis indicaciones y bajaba los ojos ante la mirada profunda y un poco inquisitiva de este chico, que  siendo de mi misma edad, y estando en el mismo curso,  confiaba que yo podía aportarle algo de mi conocimiento, para su  examen. Y lo peor, haciéndome  perder el control de mí misma, ya que  su mirada dulce y su sonrisa, me  intimidaba, a ratos y perdía el hilo de  los conocimientos que quería comunicarles a los dos. (A mi primo y a él).  

El tiempo pasó y la “clase” termino. Entonces, la charla cambio y más, cuando llegue  yo,   que quería tener la oportunidad de hablar y ver a Emilio y como siempre, con  mis  risas y alegría, a  poner ese toque  de revolución al grupo.

Fernando y Mary An, se separaron de nosotros y caminaron por el jardín de la casa  (mi amiga, se veía feliz)”

Así empieza el diario de una mujer encantadora, que tuve la oportunidad de conocer desde niña. Fue mi amiga y sigue siéndolo.  Y que ahora, me ha entregado su diario de adolescente, para  que escriba la historia de Fernando y ella.

"Acá, empiezo mi recorrido por una linda y romántica historia, que va fluyendo suavemente sin ningún trabajo, pues, la he vivido como si fuera mía.”

Pasaron los días y Fernando y Mary An, se enamoraron. Se veían, todos los días, al salir de sus respectivos Colegios. Se hablaban, por teléfono, o la visitaba en  casa. Con Emilio salían, al cine, al club, estudiaban juntos y la Tuna  de su Colegio, corría de cuenta de el para llevarle serenata los sábados. Cada día, su amor se consolidaba y mi amiga era feliz… Y el porvenir sonreía para ellos. La familia de ella, como la de él, aceptaban ese lindo romance. Eran bellos los dos… Eran jóvenes…Nivel económico y social igual… No había ninguna sombra en su porvenir. Sus sueños de estudiar, viajar y vivir, eran grandes y su romance, como los romances de adolescentes de mitad del siglo veinte. Era de  sueño.  Ni una nube, escondía el sol de su felicidad y su alegría. 

Terminaron su Colegio y entraron a la Universidad. ¡A la misma! Y sus sueños de conquistar el mundo entre los dos, estaba más presente que de costumbre.   Pero llego una tormenta y termino con todo.

La tormenta como dije: ¡Llego!

 Alguien llego de visita a la casa de mi amiga Mary An: Una señora, todavía, joven y linda.  Familiar muy cercana de ella. Y llena de ilusiones, Mary An le contó de su amor y lo feliz que era, de sus sueños y su alegría.  

Pasaron los días, (la visita iba a ser larga) y de un día para otro, Mary An, noto una atmosfera rara. Su papá estaba diferente con ella y  con Fernando, más. 
    
Luego, fue el cambio en todos los miembros de la casa. El teléfono ya no sonaba para ella, la familia de Fernando no volvió, las salidas se restringieron al máximo. Ya, nosotras, sus amigas, no éramos muy bien venidas en su casa. (Eso lo notamos todas). En esta situación, alguien,  estaba involucrando a toda la gente que rodeaba a Mary An y a Fernando.

Un día cualquiera, estando juntos Fernando y Mary An, en el parque cercano a la Universidad, tristes, comentaban todo lo que  estaba sucediendo en sus vidas, con sus familias y aun, con sus amigos más cercanos.

¡ No sabías como neutralizar lo que les estaba tocado vivir!…

Bueno, sigo mi relato: Estaban cogidos de las manos. Se dieron un dulce y delicado beso, y entre suspiros y lágrimas tímidas, que corrían por las mejillas de  Mary An,  ocurrió algo…  De  improviso, se abalanzaron  sobre ellos, unos guardias civiles, los separaron a empujones,  le pusieron unas esposas a Fernando, mientras,  Mary An, fue llevabada a un auto, donde su papá la esperaba.

De allí, Fernando fue  llevado al ayuntamiento,  donde  lo metieron a un calabozo como si fuera un criminal y Mary An, fue llevada por su padre a casa, prohibiéndole de manera rotunda, salir de allí,  recibir a sus amigas y amigos, volver a la Universidad.

 Mientras Mary An, no comprendía nada. Su mamá la consolaba, lo mismo hacía su nana y mucho más, su parienta lejana, que con sonrisas y mimos le pintaba un porvenir dichoso lejos, muy lejos de allí.   

Así pararon varios días. Las familias de estos dos chicos que antes eran amigas, ahora estaban separadas por una guerra que no tenía motivo de ser.

 A Fernando por fin le dieron la libertad, pero con la condición de no acercarse a Mary An. Si lo hacía, volvería a la cárcel. Mientras tanto, a Mary An le preparaban el viaje para  continuar  sus estudios fuera del país. 

No viajaría sola, sus padres lo harían con ella y vivirían en la misma ciudad donde estaba ubicada la Universidad.

Todo pasaba rápido. Demasiado rápido. Y ellos, no entendían que era lo que había pasado. Lo que estaba pasando.

Pero todo en la vida se descubre. Y Mary An, lo hizo.

Eva
Martes, 29 de octubre de 2013
Derechos de Autor  Reservados

miércoles, 2 de octubre de 2013

CARTA XX. NO SÉ SI IRÁ EN EL LIBRO. "CARTAS QUE NUNCA LEERÁS"


CARTA XX
NO SÉ SI  IRÁ EN EL LIBRO.

“CARTAS QUE NUNCA LEERÁS” 




(12.44 de mi noche 6.44 de tu mañana)(XX)


0ctubre 2:
Hoy, termine de organizar todas tus cartas. Desde la primera hasta la última. (No sé, si  falta alguna). También, encontré copia de cartas mías. (No de todas) Las leí y al hacerlo, reviví cada instante de nuestro amor.

La chimenea, nuestros silencios, ese caminar cogidos de las manos, nuestros sueños. Todos nuestros proyectos. Todo revivió en mi mente. Todo…

Que felicidad se siente al haber amado tanto y haber sido correspondida y que triste es el  presente de soledad y un futuro que no existe.

¡Cuántas cosas revivieron en mi vida!

Como ves, solo los lindos recuerdos imperan en mi mente. No hay rencor, ni dolor, no hay nada solo soledad y recuerdos, Nada más…  
 
En un verano nos conocimos, pero en un otoño, nos enamoramos. En un otoño, me dí cuenta de tu juego de Don Juan… De  Casanova… Luego, en un otoño, moriste… Saliste de mi vida, te deje  marchar… Y ahora, en cada otoño, te recuerdo…

Ya esto, está terminando. El libro esta listo. Las cartas están en orden y recogidas en un lindo cofrecito. ¿Y entonces?… Una palabra, cortita… Que a veces nos da felicidad y otras grandes tristezas, la escribiré muchas veces… Fin… Fin… Fin…

Fin al amor, Fin a la ilusión. Fin a la fe en ti…Fin al principio y  fin… Al fin… 

En una primavera, creí que retornarías. Que nada había pasado. Pero no, (fue un sueño) y en un invierno, comprendí que todo era mentira (una realidad) en el verano nunca más volvió el amor. ¿Y en el otoño?: Llegó el adiós y llegara el olvido.
Mar
Derechos de Autor reservados 











lunes, 19 de agosto de 2013

NUEVA CARTA PARA EL LIBRO "CARTAS QUE NUNCA LEERÁS"




 NUEVA CARTA PARA EL LIBRO


“CARTAS QUE NUNCA LEERÁS






(10.50 de mi noche 5.50 de tu amanece)(XIX)

Agosto 19.
Ocho  meses después. Te escribo de nuevo.
 No sé qué me pasa hoy. Tu recuerdo está en mí. En  cada rincón de mi mente. En cada  suspiro, en cada letra que escribo.

 Los pensamientos me llevan a ti. Los recuerdos, tu dulzura, la ternura de tus palabras, el encanto, que rodeaba nuestros sueños. Todo… Está revoloteando, como nuestras mariposas, a mí alrededor.

Ya en mí no queda ningún rencor…

En cada recuerdo hay, un halo de ternura, dejado, por esos momentos vividos, juntos o separados.

El día que te conocí, el día en que hablamos. El día… Lo ¿Recuerdas? En que leíste para mí; mi  poesía  “PARA TI”  todo hoy, es un recuerdo. Una suave caricia, un beso soñado, un abrazo, una sonrisa, el campo, las flores. Muestras Margarita.

Y me pregunto: ¿Dónde estás? ¿En qué lugar del universo te encuentras? ¿Dónde está tu alma?  ¿En que galaxia, en que estrella o en cual de nuestros luceros, te puedo buscar?

Hoy te recuerdo y quiero encontrarte. Cierro los ojos y te veo con tus manos extendidas, esperando que yo te alcance. ¿Pero cómo? Si estas en ese mundo astral que solo los muertos conocen, en ese cielo prometido por Dios, Nuestro Dios, al que juntos le pedíamos por los dos. ¿Lo recuerdas? Todavía tengo la oración que tú escribiste para que Dios nos bendijera.

Ya no escribo más, puede que vuelva a hacerlo  de nuevo, aunque sé que nunca leerás mis cartas. Porque son cartas escritas a un recuerdo, a un fantasma, o quizás, a un ángel. No lo sé…

Mirare por mi ventana al cielo, para ver si esta noche te encuentro.


Mar  


Derecho de Autor Reservados   




     

sábado, 20 de julio de 2013

RECUERDO DE UNA AMIGA





RECUERDO DE UNA AMIGA

Llego el verano, y con él,  el anhelado viaje que nos llevaría  a este grupo de chicas por  por las distintas rutas de castillos, torreones y  fortalezas de Europa. Primera escala: España.

Luego, llegaríamos a Viena, al gran baile de la Opera, donde sería la celebración de nuestros diez y ocho años. Para continuar el recorrido por otros países, y otras rutas, de castillos y museos.

Un viaje en pleno siglo XX. Para adentrarnos en  los primeros siglos de la historia. Sus tiranías, sus grandes injusticias, y también, los grandes héroes de los distintos pueblos, sometidos por la desigualdad social. Además, de conocer la evolución de sus  democracias.

Era un lindo regalo, que  se nos daba. Al dejar nuestra niñez y al convertimos en adultas. En mujeres.

 ¡El regalo de los diez ocho años!

¡Este viaje era un sueño!…Pero como sueño que era, se  podía convertir en pesadilla. Y así fue.

De las veinte chicas que viajaríamos, unas con nuestros padres, y otras, con sus nanas, y todas, bajo la dirección de las profesoras de nuestro colegio. Al final, solo quedo un grupo de diez. Y ahora que lo pienso, (casualidad) solo quedaron incluidas en el, las que viajaban con sus nanas o solas. Las otras, por un motivo o por otro, no pudimos viajar.

Y llegó el día. Todas fuimos al aeropuerto a despedir a nuestras compañeras. Todas hacíamos recomendaciones. Largas listas de compras. Cartas para entregar a amigos o familiares, quedándonos con una gran nostalgia, tristeza y rabia. Todas habíamos planeado este viaje y solo unas, lo realizarían. Las otras, tendríamos que esperar. No quedaba de otra.

El avión partió y nosotras cabizbajas y rabiosas nos volvimos a casa.

En cada escala que el avión hacía, nuestras compañeras, sin olvidarnos, se  las arreglaban para comunicarse con alguna de nosotras y así todos los días, nos reuníamos para saber de ellas, sus aventuras y también sus tropiezos.

Llegaron a España… ¡Madrid!… Un lindo Hotel, las esperaba, en la vía Real. El lujo y comodidad de cada habitación, tenía deslumbrada a aquellas chiquillas que, comenzaban a vivir y a conocer otro mundo diferente al suyo.

Este primer día fue de descanso. Al día siguiente invadieron a  Madrid, con su alegría. Querían ir a todas partes, a las grandes tiendas, a los museos, a las exposiciones…A todo…

Así pasaron esos primeros días… Ya era la hora  de que comenzara el recorrido turístico e histórico  que  se tenía planeado:

Tomaron “La Ruta de la comunidad de Madrid”: Este  las llevaría a recorrer todos los castillos de esta Ruta. ¡Es única!  ¡Es urbana! Que las llevaría a recorrer Madrid y varios municipios cercanos de la Sierra de Guadarrama que hacen parte de ella.

Tomaron sus morrales y salieron con sus guías, dispuestas a conocer la historia de un país hermoso.

Lo primero que conocieron fue el maravilloso camino histórico que conduce hasta el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, que es el núcleo de esta ruta donde se  encuentran edificios, obras de ingeniería y jardines de gran valor histórico-artístico. En la primera localidad  se destacan, además del Real Monasterio, las Casas de Oficios y la Casita del Infante (o de Arriba) y, en la segunda, la Casita del Príncipe.(la de abajo).

El primer tramo, el de ida. Parte desde la ciudad de Madrid hasta Torrelodones, Collado Villalba y Guadarrama. Desde aquí se accede a San Lorenzo de El Escorial y El Escorial, que conforman el foco principal. El tercer trecho, el de vuelta, recorre Robledo de Chavela, allí, se encuentra La Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. Frenedillas de la Oliva, Navalagamella y Valdemorillo, desde donde se regresa a la capital.

También En la Ruta Imperial se encuentran La Atalaya de Torrelodones que se construyó en el siglo IX  en el período omeya de Al-Ándalus. Es la siguiente edificación en antigüedad. Esta  es la atalaya musulmana mejor conservada. Surgió como una torre destinada a vigilar las posibles incursiones cristianas. Situada en lo alto de un cerro granítico, (Su altura es de once metros o algo más, por encontrarse en un cerro, muy empinado).  al borde de una gran  autopista (Autovía del Noroeste). En localidad de Hoyo de Manzanares. Muy cerca de esta, se encuentran las ruinas de otra atalaya islámica, La Torrecilla.

 En la Ruta Imperial se les suman varias construcciones de siglos y estilos diferentes. Las corrientes arquitectónicas mejor representadas son el gótico tardío, presente en la iglesia mayor de Robledo de Chavela, y el neoclasicismo, que se concentra preferentemente en el Real Sitio.

 En la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama. Entre las construcciones premedievales, se destaca la Silla de Felipe II, en San Lorenzo de El Escorial, tal vez la huella humana más antigua de la Ruta Imperial. Según la tradición, fue mandada a labrar sobre una roca natural por el monarca, que la utilizaba como observatorio de las obras del Monasterio. Sin embargo, recientes investigaciones apuntan a que puede tratarse de un altar vetón.

A esta oferta artística se le añaden dos monumentos del siglo XX, sin un estilo definido: El Valle de los Caídos y el Palacio del Canto del Pico.

Bueno, no hablemos más de la ruta Imperial. Pero no olvidemos esta Atalaya Torrelodones que es y será, parte central de nuestra narración. De nuestra historia, (real como todas las que les cuento).

Así, este grupo de chicas latinoamericanas, recorrían el mundo descubriendo su parte histórica, sus bellezas naturales y su gran avance, en esta época moderna.

Todas felices. Pero había una, linda, simpática, amable. Con todas las cualidades que quieras, regalarle. Que no era feliz. Se le veía triste, pensativa, rara, pero solo a ratos y esto, hacía que poca atención les dieran las demás. Decían: “Esta de mal genio” “Esta cansada” llamaron un médico. Le mando, simplemente, unas gotitas para que estuviese tranquila.

Así se terminó el viaje por España.

 Siguieron, a Austria. En Viena. Fue algo de ensueño. Cada una realizo su gran sueño.

Fueron alojadas en un pequeño palacio, (el palacio de la Infanta) que compartieron con niñas de otras nacionalidades y también, de Viena. Los edecanes serían hijos y nietos de los miembros de la antigua  guardia real y la mejor casa de modas se encargaría de los vestidos de ellas y profesoras.

¡LLEGO LA GRAN NOCHE! Cada niña era llamada por su nombre. Y de la mano de su edecán entraba por la gran alfombra roja, hasta el centro de la pista donde eran saludadas por las autoridades de la Ciudad.   Cada una, se sentía princesa de un cuento de hadas. Pero había una que estaba, triste, ausente… Aunque esa noche, su belleza era radiante. ¡Era Angélica!

Como todo sueño… Termino…

En los próximos días, conocieron todas las maravillas de esta linda ciudad. Luego, salieron rumbo a Italia, pasaron a Alemania y llegaron a Francia. ¡Paris! ¡La Ciudad Luz! Y fueron felices…Comprando…Comprando. Visitando museos, visitando palacios, caminando por los Jardines Reales, visitando la torre Eiffel,  navegando por el Sena y soñando…

Luego, unos días de descanso en los viñedos del Norte y de regreso a España.

Y otras rutas de castillos e historias. Más compras y preparar el regreso. 

Pero el destino las llevaría de nuevo  a la atalaya de Torrelodones y a la pequeña:  La Torrecilla.

Todas se empeñaron en volver allí. Según ellas, les faltaban fotos que eran importantes para sus distintos trabajos de grado.

Y ALLÍ VOLVIERO…Se repartieron. A las ruinas  de La Torrecilla, se  fueron unas, y a la Atalaya,  de Torrelodones, las  otras.

Angélica, la niña triste, estaba en el grupo. Ninguna se separaba de sus compañeras. Siempre andaban de cinco en cinco, eran diez. (Dos grupos). Cada grupo tenía una profesora que era la responsable de él y  las nanas, que quisieran ir. Siempre, las cinco chicas de cada grupo, estaban acompañadas, además, de un guía.

Tomaron las fotos, corrieron en los pasillos, rieron, subieron, bajaron y luego, como chiquillas que eran, se fueron a tender en la hierba del campo que rodea las atalayas. Saludaban a los coches que pasaban por la autopista A-6 y reían despreocupadas.

Mariana, otra chica del grupo, comenzó a llamar a Angélica. La buscaba y a todos le preguntaba, qué en que grupo estaba ella. Nadie lo recordaba. Llegaron las que estaban en las ruinas de La Torrecilla y tampoco estaba con ellas. Mariana seguí buscando a su amiga. Ya preocupada y asustada, comunicó a su profesora y a los guías. La comenzaron a buscar:

 Las profesoras, los guías,  lo mismo, una o dos de las nanas, que  se encontraban en el grupo, fueron de nuevo a las atalayas. Los guías no la encontraron. Llamaron a las autoridades de la cercana  localidad de Hoyo de Manzanares. Pero nada… no la encontraron.

Pasando las horas, la larga tarde de verano se terminaba y con ella, llegaron las autoridades de Madrid.  Las niñas fueron devueltas al hotel. (Era más seguro para todas) la búsqueda se prolongó todo ese amanecer.

Los lugareños, que siempre estuvieron dispuestos, encontraron el cuerpo sin vida de Angélica entre los jardines y arboleda que rodea la Atalaya de Torrelodones.

 De allí, después de toda los trámites legales, su cuerpo,  fue llevado a Madrid.

Esta chica, que era una de las pocas que viajaba sola, fue siempre, en todo el viaje, rodeada del afecto y cariño de todas sus compañeras, profesoras nanas de las demás chicas.

Y ahora, estaban a su lado. Era tanto el impacto. Que nada decían. No lloraban. Nada comentaban.

Las autoridades, la Embajada, profesoras, y las nanas, decidieron  avisar a la familia de Angélica para que viajaran y decidieran lo que se iba hacer con el cuerpo.

Las chicas, profesoras y nanas, fueron alojadas en la  Embajada… Todos estaban pendientes de la familia de Angélica. Y para todos,  fue una desagradable sorpresa, la indiferencia, la frialdad de sus allegados. En los días siguientes; padres de las otras chicas llegaron para estar con sus hijas. La familia de Angélica nunca llegó.

El tiempo pasaba. La situación era confusa. Entonces, se tomó la decisión de sepultar a Angélica  en el cementerio de  Almudena, en el lugar clasificado para los suicidas. (Todavía no se había prohibido esta discriminación) Todo el grupo  asistió. (Los miembros de la Embajada, como los padres de las otras chicas corrieron con todos los gastos). El personal del hotel, las autoridades de Madrid, y todos los lugareños y vecinos, de la atalaya de  Torrelodones. No la abandonaron.  El vació por la  falta de la familia de Angélica, no se notó.

Así, rodeada de flores, en un lindo y caloroso día de un  verano español, se sepultó el cuerpo de una amiga, que no quiso volver a su país. Que sola, realizó su sueño y sola, afronto la muerte.

Todas las chicas regresaron. Todas quisieron acercarse a la familia de su compañera, pero, siempre la puerta les fue cerrada y jamás recibidas.

Han pasado los años. La historia de Angélica, sigue en el recuerdo de todas. Y nuestras vidas se dividió en dos (Antes de, después de).

Los motivos de esta tragedia nadie las supo, ni lo  sabrán. Pero siempre ella, estará en nuestro recuerdo. En el recuerdo de todos sus amigas y amigos y cuando alguno viaja a España, busca el lugar donde fue sepultada, aunque no esté allí,  ya que con el tiempo, se exhumó su cadáver y fue incinerado. Sus cenizas, se lanzaron al viento desde la Atalaya del  Torrelodones. Punto obligado, de todos nosotros, sus compañeros.
 
Hasta acá, esta historia que nos pertenece a todos. Los que estuvieron con ella hasta último momento  y de quienes la  vimos partir feliz. 

Eva

Domingo 21 de Julio de 2013

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