EL
DIARIO DE MARY AN.
Capítulo
I
“Se llamaba Fernando... Llego a mi casa
con mi primo. Me buscaban… Querían, les explicara algo sobre historia.
Ninguno de los dos hablamos. Emilio
nos presentó y desde ese instante, algo inexplicable sucedió en nosotros. Les
indicaba y note, que solo mi primo escuchaba. Fernando, me miraba a los ojos.
Yo, estaba incomoda. A veces, por
no decir muchas, me equivoque en mis indicaciones y bajaba los ojos ante la
mirada profunda y un poco inquisitiva de este chico, que siendo de mi misma edad, y estando en el mismo
curso, confiaba que yo podía aportarle
algo de mi conocimiento, para su examen. Y lo peor, haciéndome perder el
control de mí misma, ya que su mirada dulce y su sonrisa, me intimidaba, a ratos y perdía el hilo de los conocimientos que quería comunicarles a
los dos. (A mi primo y a él).
El tiempo pasó y la “clase”
termino. Entonces, la charla cambio y más, cuando llegue yo, que quería tener la oportunidad de hablar y
ver a Emilio y como siempre, con
mis risas y alegría, a poner ese toque de revolución al grupo.
Fernando y Mary An, se separaron de nosotros
y caminaron por el jardín de la casa (mi
amiga, se veía feliz)”
Así empieza el diario de una mujer
encantadora, que tuve la oportunidad de conocer desde niña. Fue mi amiga y
sigue siéndolo. Y que ahora, me ha
entregado su diario de adolescente, para que escriba la historia de Fernando y ella.
"Acá, empiezo mi recorrido por una linda y
romántica historia, que va fluyendo suavemente sin ningún trabajo, pues, la he
vivido como si fuera mía.”
Pasaron los días y Fernando y Mary
An, se enamoraron. Se veían, todos los días, al salir de sus respectivos
Colegios. Se hablaban, por teléfono, o la visitaba en casa. Con Emilio salían, al cine, al club,
estudiaban juntos y la Tuna de su
Colegio, corría de cuenta de el para llevarle serenata los sábados. Cada día, su
amor se consolidaba y mi amiga era feliz… Y el porvenir sonreía para ellos. La
familia de ella, como la de él, aceptaban ese lindo romance. Eran bellos los dos…
Eran jóvenes…Nivel económico y social igual… No había ninguna sombra en su
porvenir. Sus sueños de estudiar, viajar y vivir, eran grandes y su romance,
como los romances de adolescentes de mitad del siglo veinte. Era de sueño.
Ni una nube, escondía el sol de su felicidad y su alegría.
Terminaron su
Colegio y entraron a la Universidad. ¡A la misma! Y sus sueños de conquistar el
mundo entre los dos, estaba más presente que de costumbre. Pero
llego una tormenta y termino con todo.
La tormenta como dije: ¡Llego!
Alguien llego de visita a la casa de mi amiga
Mary An: Una señora, todavía, joven y linda.
Familiar muy cercana de ella. Y llena de ilusiones, Mary An le contó de su amor y lo
feliz que era, de sus sueños y su alegría.
Pasaron los días, (la visita iba a
ser larga) y de un día para otro, Mary An, noto una atmosfera rara. Su papá
estaba diferente con ella y con Fernando, más.
Luego, fue el cambio en todos los
miembros de la casa. El teléfono ya no sonaba para ella, la familia de Fernando
no volvió, las salidas se restringieron al máximo. Ya, nosotras, sus amigas, no
éramos muy bien venidas en su casa. (Eso lo notamos todas). En esta situación,
alguien, estaba involucrando a toda la
gente que rodeaba a Mary An y a Fernando.
Un día cualquiera, estando juntos
Fernando y Mary An, en el parque cercano a la Universidad, tristes, comentaban todo lo que estaba sucediendo en sus
vidas, con sus familias y aun, con sus amigos más cercanos.
¡ No sabías como neutralizar lo que les estaba tocado vivir!…
¡ No sabías como neutralizar lo que les estaba tocado vivir!…
Bueno, sigo mi relato: Estaban
cogidos de las manos. Se dieron un dulce y delicado beso, y entre suspiros y
lágrimas tímidas, que corrían por las mejillas de Mary An, ocurrió algo… De improviso, se abalanzaron sobre ellos, unos guardias civiles, los separaron
a empujones, le pusieron unas esposas a
Fernando, mientras, Mary An, fue llevabada a un auto, donde su papá la
esperaba.
De allí, Fernando fue llevado al ayuntamiento, donde lo metieron a un calabozo como si fuera un
criminal y Mary An, fue llevada por su padre a casa, prohibiéndole de manera
rotunda, salir de allí, recibir a sus amigas y amigos, volver a la Universidad.
Mientras Mary An, no comprendía nada. Su mamá la consolaba, lo mismo hacía su nana y mucho más, su parienta lejana, que con sonrisas y mimos le pintaba un porvenir dichoso lejos, muy lejos de allí.
Mientras Mary An, no comprendía nada. Su mamá la consolaba, lo mismo hacía su nana y mucho más, su parienta lejana, que con sonrisas y mimos le pintaba un porvenir dichoso lejos, muy lejos de allí.
Así pararon varios días. Las
familias de estos dos chicos que antes eran amigas, ahora estaban separadas por
una guerra que no tenía motivo de ser.
A Fernando por fin le dieron la libertad, pero con la condición de no acercarse a Mary An. Si lo hacía, volvería a la cárcel. Mientras tanto, a Mary An le preparaban el viaje para continuar sus estudios fuera del país.
No viajaría sola, sus padres lo harían con ella y vivirían en la misma ciudad donde estaba ubicada la Universidad.
A Fernando por fin le dieron la libertad, pero con la condición de no acercarse a Mary An. Si lo hacía, volvería a la cárcel. Mientras tanto, a Mary An le preparaban el viaje para continuar sus estudios fuera del país.
No viajaría sola, sus padres lo harían con ella y vivirían en la misma ciudad donde estaba ubicada la Universidad.
Todo pasaba rápido. Demasiado
rápido. Y ellos, no entendían que era lo que había pasado. Lo que estaba
pasando.
Pero todo en la vida se descubre. Y
Mary An, lo hizo.
Eva
Martes,
29 de octubre de 2013
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