UNA HISTORIA DE AMOR
SIGLO XX = SIGLO XXI
Todo estaba en calma,
la vida en la casa de la familia Montevedra, ese día, transcurría de manera
normal. Nada raro hacía predecir que una
gran tormenta estaba por estallar, por llegar.
La hija menor, de ese matrimonio
feliz en todo sentido, estaba enamorada. ¡Si, por primera vez, estaba enamora y
era feliz!
Nadie les ponía peros a estos chicos. Los
dos eran unos jovencitos, tanto Violeta,
así se llamaba ella, como a Miguel, que
era el nombre de él.
Pero remontemos un poco
al pasado. Tanto el uno, como el otro, eran hijos de dos familias amigas,
conocidas de siempre, la misma posición social, las mismas costumbres y lo más
importante, la misma posición económica. (Recordemos que en el siglo XX,
todavía existían muchas tradiciones pasadas, de familia en familia del
siglo IXX, tradiciones muy arraigadas en las altas esferas, de la
sociedad de cualquier Ciudad o de cualquier País, donde los apellidos, la
religión y el dinero, eran lo más importante en cualquier relación social,
económica o familiar.
Bueno, este es el
marco, el panorama general que rodeaba estas familias. Pero, como ya les
comente, la tormenta estaba por llegar.
Fue una situación dura,
muy dura y caótica, para el momento. Que dejó huellas muy profundas en dos
chicos buenos, por ese montón de sentimientos negativos que ellos, sin querer,
despertaron a su alrededor.
Lo más incomprensivo y duro, fue que sus
enemigos, eran sus propias familias.
Como es una historia
real y uno de sus protagonistas, fue el que me la contó, antes de
desaparecer,(ahora, nadie sabe si alguno de ellos, vive o está muerto). Se presentaran
grandes pausas, para dejar pasar el
dolor de sus recuerdos. Estos silencios,
pueden notarse al narrarles, la historia.
Pero los reviviré y espero que
tengan algo de paz y en el infinito, sean felices.
(En alguna oportunidad,
como amiga de los dos, he escrito, sobre sus vidas. Una poesía, una anécdota
pero no, su historia. Espero, hacerlo ahora,
con toda la veracidad, pasión y respeto que se merecen, guardando su
identidad y su intimidad)
EMPEZARÉ LA HISTORIA DE VIOLETA Y MIGUEL
Miguel, era el único
hijo varón de la familia Valverde. Al nacer el, su madre murió. Por lo cual,
siempre fue mirado con resentimiento. Eran sentimientos encontrados. Se le
quería por ser el único hombre de la familia, el heredero del apellido, de su estirpe. Pero, como ya
les comente, no se le perdonaba las circunstancias de su nacimiento.
Por ello, desde muy
niño fue mandado a estudiar lejos, a otro país, donde su educación, formación
moral, religiosa y social, fueron de lo mejor. Este chico, a veces, en el
tiempo de vacaciones estaba en casa, en familia y se sentía, extraño. (Un
extraño, entre extraños). Así, sus dos hermanas y su padre, lo hacían sentir. Pero él, se refugiaba en sus
amigos y a veces, en sus familiares lejanos sintiéndose mejor. Pero siempre, con el deseo de regresar pronto a su
Colegio, a su Ciudad adoptiva, que extrañaba.
Este, es un pequeño
boceto, de Miguel. Pues en realidad, nadie a su alrededor, conocía sus
cualidades, sus virtudes, sus sentimientos, que eran limpios, grandes, de una
gran sensibilidad y ternura. Mucha
nobleza había en su corazón. Pero también
había mucha triste y más, cuando estaba en familia, en su Ciudad, o en su País, como ya les he dicho..
Ahora hablemos de
Violeta:
¡Era linda! Con la
típica belleza de su tierra. Mimada, amada, inquieta. Era la niña, de la
familia Montevedra. Diferente a Miguel.
A ella se le amaba, a ella, se le tenía como a una reina; tanto sus
padres, como toda la familia. Pero nadie notaba, que una de sus hermanas, desde
siempre, era diferente. Algo sutil, pero diferente.
Miguel y Violeta, eran
la pareja perfecta, de una historia de amor perfecta, de dos adolescentes,
perfectos. Iguales en todo sentido. Social, económica, intelectual, tradicional
y hasta religiosa.
(Estas observaciones,
parecen sacadas de una novela del medioevo, pero así era nuestra sociedad, en
el siglo pasado. ¡No hace nada!)
Ahora, el destino y la
vida, comenzaría a jugar, con el destino y
la vida, de estos dos chicos, lo
que ellos, jamás se imaginaron y esperaban.
Ahora, comenzarían a
caer máscaras, de hipocresía, de rabia, de envidia y el dolor marcaría la vida
de los dos, para siempre. Aun ahora, que ha pasado el tiempo.
Hoy por fin sentados en
el jardín, después de tanto tiempo,
empezaremos a recordar para poder escribir
esa historia que hace tanto, les prometí.
¿Cómo empezar? “Erase
una vez” ¿Tal vez, será una narración o un cuento? ¿O tomaré la personalidad,
la vida, de alguno de los protagonistas
y la haré mía? No lo sé.
Escucharé… y lo que me que
me cuente, el protagonista, lo recordaré, e iré plasmando cada uno de esos recuerdos,
en cada palabra que escriba y esperemos, como una realidad hermosa pero muy
triste, vuelve al presente. Ya convertida en una realidad.
Un hermoso día de julio llegaron a la casa de
Violeta, sus primos. Dos chicos dad de ella, Los llamaban: LOS MOSQUETEROS.
Siempre estaban juntos y ellos, cuidaban de la niña, como un tesoro. Pero esta
vez, no estaban solos. Con ellos, iba un
chico. Que ella, no conocía. Pero cuando se miraron, supieron que ya nada, ni nadie, pasara,
lo que pasara, los separaría. AHORA, LOS MOSQUETEROS ESTANBAN COMPLETOS. En todas partes estaban los
cuatro. Miguel y Violeta, se amaban con ternura y primos y amigo veían, con mucha
satisfacción ésta sana y hermosa relación. También, sus respectivas familias, aceptaban
este romance. Eran el uno para el otro.
Miguel no volvió, a su
Universidad. Se cambió a su Ciudad, a la Universidad de Violeta y sus primos y
viviría en su hogar, después de tanto tiempo.
Todo era felicidad,
todo hermoso, todo armónico. Eran el uno para el otro, sin duda alguna.
Eva
Eva