Buhardilla

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lunes, 1 de abril de 2019

UNA HISTORIA DE AMOR


UNA HISTORIA DE  AMOR

SIGLO XX = SIGLO XXI

Todo estaba en calma, la vida en la casa de la familia Montevedra, ese día, transcurría de manera normal.  Nada raro hacía predecir que una gran tormenta estaba por estallar, por llegar.
La hija menor, de ese matrimonio feliz en todo sentido, estaba enamorada. ¡Si, por primera vez, estaba enamora y era feliz!
 Nadie les ponía peros a estos chicos. Los dos  eran unos jovencitos, tanto Violeta, así se llamaba ella, como  a Miguel, que era el nombre de él.
Pero remontemos un poco al pasado. Tanto el uno, como el otro, eran hijos de dos familias amigas, conocidas de siempre, la misma posición social, las mismas costumbres y lo más importante, la misma posición económica. (Recordemos que en el siglo XX, todavía existían muchas tradiciones pasadas, de familia en  familia del  siglo IXX, tradiciones muy arraigadas en las altas esferas, de la sociedad de cualquier Ciudad o de cualquier País, donde los apellidos, la religión y el dinero, eran lo más importante en cualquier relación social, económica o familiar.
Bueno, este es el marco, el panorama general que rodeaba estas familias. Pero, como ya les comente, la tormenta estaba por llegar.
Fue una situación dura, muy dura y caótica, para el momento. Que dejó huellas muy profundas en dos chicos buenos, por ese montón de sentimientos negativos que ellos, sin querer, despertaron a su alrededor.
 Lo más incomprensivo y duro, fue que sus enemigos, eran sus propias familias.
Como es una historia real y uno de sus protagonistas, fue el que me la contó, antes de desaparecer,(ahora, nadie sabe si alguno de ellos, vive o está muerto). Se presentaran  grandes pausas, para dejar pasar el dolor de sus  recuerdos. Estos silencios, pueden notarse al narrarles, la historia.  Pero los reviviré  y espero que tengan algo de paz y en el infinito, sean felices.

(En alguna oportunidad, como amiga de los dos, he escrito, sobre sus vidas. Una poesía, una anécdota pero no, su historia. Espero, hacerlo ahora,  con toda la veracidad, pasión y respeto que se merecen, guardando su identidad y su intimidad)

EMPEZARÉ LA HISTORIA DE VIOLETA Y MIGUEL

Miguel, era el único hijo varón de la familia Valverde. Al nacer el, su madre murió. Por lo cual, siempre fue mirado con resentimiento. Eran sentimientos encontrados. Se le quería por ser el único hombre de la familia, el heredero  del apellido, de su estirpe. Pero, como ya les comente, no se le perdonaba las circunstancias de su nacimiento.
Por ello, desde muy niño fue mandado a estudiar lejos, a otro país, donde su educación, formación moral, religiosa y social, fueron de lo mejor. Este chico, a veces, en el tiempo de vacaciones estaba en casa, en familia y se sentía, extraño. (Un extraño, entre extraños). Así, sus dos hermanas y su padre, lo  hacían sentir. Pero él, se refugiaba en sus amigos y a veces, en sus familiares lejanos sintiéndose mejor. Pero  siempre, con el deseo de regresar pronto a su Colegio, a su Ciudad adoptiva, que extrañaba.
Este, es un pequeño boceto, de Miguel. Pues en realidad, nadie a su alrededor, conocía sus cualidades, sus virtudes, sus sentimientos, que eran limpios, grandes, de una gran sensibilidad y ternura.  Mucha nobleza había en su corazón.  Pero también había mucha triste y más, cuando estaba en familia, en su Ciudad,  o en su País, como ya les he dicho..
Ahora hablemos de Violeta:
¡Era linda! Con la típica belleza de su tierra. Mimada, amada, inquieta. Era la niña, de la familia Montevedra. Diferente a Miguel.  A ella se le amaba, a ella, se le tenía como a una reina; tanto sus padres, como toda la familia. Pero nadie notaba, que una de sus hermanas, desde siempre, era diferente. Algo sutil, pero diferente.
Miguel y Violeta, eran la pareja perfecta, de una historia de amor perfecta, de dos adolescentes, perfectos. Iguales en todo sentido. Social, económica, intelectual, tradicional y hasta religiosa.
(Estas observaciones, parecen sacadas de una novela del medioevo, pero así era nuestra sociedad, en el siglo pasado. ¡No hace nada!)
Ahora, el destino y la vida, comenzaría a jugar, con el destino y  la vida, de estos  dos chicos, lo que ellos, jamás se imaginaron y esperaban.
Ahora, comenzarían a caer máscaras, de hipocresía, de rabia, de envidia y el dolor marcaría la vida de los dos, para siempre. Aun ahora, que ha pasado el tiempo.
                                                                                                       
Hoy por fin sentados en el jardín,  después de tanto tiempo, empezaremos a recordar para poder escribir  esa historia que hace tanto, les prometí.
¿Cómo empezar? “Erase una vez” ¿Tal vez, será una narración o un cuento? ¿O tomaré la personalidad, la vida, de alguno de los  protagonistas y la haré mía? No lo sé.
Escucharé… y lo que me que me cuente, el protagonista, lo recordaré, e iré plasmando cada uno de esos recuerdos, en cada palabra que escriba y esperemos, como una realidad hermosa pero muy triste, vuelve al presente. Ya convertida en una realidad.
 Un hermoso día de julio llegaron a la casa de Violeta, sus primos. Dos chicos dad de ella, Los llamaban: LOS MOSQUETEROS. Siempre estaban juntos y ellos, cuidaban de la niña, como un tesoro. Pero esta vez, no estaban solos. Con ellos, iba un  chico. Que ella, no conocía. Pero cuando se  miraron, supieron que ya nada, ni nadie, pasara, lo que pasara, los separaría. AHORA, LOS MOSQUETEROS ESTANBAN  COMPLETOS. En todas partes estaban los cuatro. Miguel y Violeta, se amaban con ternura y primos y amigo veían, con mucha satisfacción ésta sana y hermosa relación.  También, sus respectivas familias, aceptaban este romance.  Eran el uno para el otro. 
Miguel no volvió, a su Universidad. Se cambió a su Ciudad, a la Universidad de Violeta y sus primos y viviría en su hogar, después de tanto tiempo.
Todo era felicidad, todo hermoso, todo armónico. Eran el uno para el otro, sin duda alguna.
Eva

      



    



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