Hola amigos.
Les regalo dos de las cartas de mi libro:
“Cartas que Nunca Leerás”
(11.40 DE MI NOCHE. 5.40 DE TU AMANECER)
(VI)
28 de Febrero
Un día lejano, antes de tu partida, me dijiste:
“Estoy aprendiendo amarte”. Y esto, me llenó de alegría. Yo no necesite de ese
aprendizaje, para hacerlo. El ¿Por qué? No lo se. No quiero ya, saber el
misterio insondable de la vida. Solo se, que quería que aprendieras a ser feliz
y serlo yo. Quise enseñarte que la vida, tiene todos los colores del arco iris.
Que detrás de cada noche oscura, hay un lindo y luminoso amanecer, que la vida
es lo que nosotros queramos que sea y más, cuando encontramos con quien
compartirla, cuando alguien nos ama y nos brinda, su cariño, su lealtad, su
ternura, sin pedir nada cambio. ¿Pero para que te hablo de esto? Si sé… Que
nunca lo leerás, que jamás, tus ojos, lo verán y que jamás, podrás meditar, o
siquiera, pensar en mis palabras.
Quise que los dos aprendiéramos, cuando tú me
amaras, que podíamos construir un mundo
aparte, donde, aunque no estuviésemos juntos, nuestro amor, bastara para
encontrar la paz interior, la tranquilidad de vivir una existencia placida y tranquila, que fuera al mismo
tiempo, la fuerza para seguir luchando, para soñar todos los días, con un mundo
mejor. Para unirnos a la esencia divina de Dios y darle gracias por habernos
encontrado en un momento, tal vez, crucial, en nuestras vidas.
No quise que te sintieras solo, no quise, que
estuvieras triste, no quise, que te sintieras perdido en un mundo hostil, duro
e indiferente, donde la ley que impera, es la crueldad, y todos los
sentimientos oscuros que, solo se encuentran en el ser humano; en el civilizado
mundo que hemos creado.
Quise, que aprendieras, o no,
a quererme. Supieras, que siempre estaría a tu lado, para compartir todo lo que tú
quisieras que compartiéramos; que mi amor siempre te acompañaría donde quiera que
estuvieses y que sería eterno. Y… A hora… Aunque estés muerto… Lo repito… Mi amor, tuvo un principio, pero no
tendrá fin.
Quise, que te apoyaras en mi
amor. Era un regalo divino, que la vida te dio, sin que lo pidieras, quizás,
sin desearlo. Pero estoy segura, aunque tú mismo no lo creyeras, que tenías
méritos para vivirlo. ¡Ojala yo hubiese sido dueña de un amor tan grande como
este!. Como el que te dí. Como el que te doy, aún ahora, que estás muerto. ¡Ojala!
“No temas. Si tu eres la luz
en mi camino, has que mi amor, no yo, sea la energía que te impulse para
realizarte y para que, tus ilusione, tus
sueños y tus esperanzas, se hagan realidad” Te lo dije. Y ahora… Cuando caminas por senderos
desconocidos para mí, cuando no existes, Te lo repito…
“¡Adelante, amor. Recuerda que
eres libre. Que eres el único dueño de tu vida, que sabes cuales son tus
debilidades y tus fortalezas, cuales son tus cualidades y defectos y sabes que
debes hacer, para encontrar tu meta.
Recuerda, cuando te sientas débil, que siempre tendrás mi amor”!. Esto… también
te lo dije… Pero ahora… ¿Cómo puedo repetírtelo?. ¿Si ya no estas a mi lado?
Mar
(10.35 DE MI NOCHE, 4.35 DE TU AMANECER)(VII)
29 de febrero
Hoy
estoy recordando todo lo nuestro. Desde el momento en que te encontré hasta hoy…
¡Estoy
triste! En mi imaginación, en mi realidad, hubo una pausa. Y soñé…Que estabas
vivo… Soñé… Y volví a sufrir y volví a llorar.
El cielo azul, de una noche hermosa, creada
por mí, para revivirte, se oscureció y llore… Y… Volví a perderte.
La
soledad es infinita… Mi soledad. Mi fiel
compañera… Mi soledad…
No te he contado. Estoy escribiendo un libro
en forma de cartas diarias. Igual, como si estuvieses vivo. Como era nuestra
costumbre. Y que cada carta, sea un
episodio de nuestra historia. Pero no he podido… Cada carta es un quejido, cada carta, sin ser
una súplica… (Yo no suplico) Es motivo de llanto…
Voy
a renunciar a seguir escribiéndolo. Voy
hacer una pausa. Voy a luchar por vivir de ahora en adelante, cada segundo, cada
minuto, cada hora, cada día o cada noche sin olvidar, las alegrías, los momentos
felices y la realidad, de tu desamor y de tu muerte. Pero viviendo…
Comenzaré
hoy…
Al
enviar esta carta al espacio… (Hoy… Esta carta, si se enviará) Al infinito…Tu
hogar… Te diré adiós definitivamente.
Dejaré de soñar, que vives y comenzaré, ahora, si de verdad… Sin ilusiones… A
escribir esta historia que fue hermosa,
que me hizo soñar, pero que me produjo mucho dolor y muchas lágrimas…
Adiós
amor… Ya ha terminado todo… Y ahora…Te dejo partir, para que evoluciones, en un
mundo distinto al que forjamos… Adiós… Amor… Adiós…. Seguiré escribiendo
nuestra historia.
Mar
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