NOVELA CORTA
UNA HISTORIA DE AMOR
Capítulo I:
Una
tarde de invierno en mi casa, me reuní con unas amigas y compañeras de estudio
a tomarnos unos vinos calientes y cada una de ellas, comenzó a compartir una
historia de su propia vida. Mariana fue
la primera en narrar la suya. Y yo, se las voy a contar:
“Con
su voz cadente y un poco afectada, tal vez por la emoción de sus recuerdos”
Comenzó:
Un
día cualquiera, lo conocí. Nunca me imaginé que de ese casual encuentro
resultaría una historia, no solo de amor, sino, también, algo misteriosa, algo
que tiene ver con el destino, con lo que ya está escrito.
Caminábamos
en sentido contrario, de pronto, el pié se me voltio y caí en sus brazos. La
sorpresa para los dos fue grande y reímos, olvidando el incidente. Se presentó
y se ofreció ayudarme. Como me agradó, seguimos juntos.
Al
devolverme con él, me di cuenta que era mi vecino, vivía a la vuelta de nuestra
casa. Intercambiamos teléfonos, información sobre nuestras familias y quedamos,
en volvernos a ver.
Hasta
ese momento, jamás nos habíamos visto en ninguna parte. Y ahora, comenzamos a
encontrarnos a toda hora y en todas partes. En el club, en la iglesia, en la
calle, teníamos amigos en común y nuestras familias se conocían. ¿Dónde
estábamos nosotros? ¿Se fijan? Ahí, es donde el destino comienza a jugar. ¡Y
como juega!
Bueno,
resulta que era un hombre muy conocido, muy asediado por las mujeres, con las
que tenía un gran éxito. Él se dejaba amar y a todas, amaba. Esto creían ellas.
Para mí tampoco fue indiferente y más, que yo era un chica muy joven y fue mi
primer amigo tan grande, (diecisiete años mayor que yo). Cada vez, nos fuimos
acercando más y más y nuestra relación, se convirtió en un noviazgo formal y muy
bien visto, por nuestras respectivas familias.
Capítulo II
Pero
su historial amoroso, siempre era muy molesta para mí. Pero llegué
acostumbrarme a ésta situación, que al mismo tiempo me llenaba de satisfacción,
al ver que siendo tan chica y apenas una estudiante, estaba con un hombre tan
importante que me respetaba y demostraba que me amaba, como a ninguna de ellas.
Un
día cualquiera, me llegó con la noticia que había sido nombrado Presidente
General de su compañía y debía radicarse en la capital. Fue dura la separación,
pero la relación no sufrió daño alguno. Hablábamos por teléfono, el computador
(ordenador) se convirtió en nuestro mejor amigo y nos veíamos personalmente,
casi todos los fines de semana. Hasta aquí nada raro. ¿Verdad?
Un
fin de Semana cualquiera. A fin de año. Terminando mi carrera. Me dijo:
"Quiero que nuestras familias estén con nosotros este fin de semana, para
comunicarles que nos amamos y deseo casarme contigo. No me contestes ahora
nada. Cuando estemos juntos hablaremos" Todo muy lindo. ¿Verdad?
Pues,
ésta fue la última vez que supe de él.
Ese
fin de semana lo esperé, lo esperó su familia, mi familia. Lo esperaron sus
amigos y no llego. Por ningún medio nos pudimos comunicar con él y yo, no
insistí más. No era que no lo amara. Lo quería mucho, pero no podía dejar mi
carrera tirada en los últimos días de ella.
El
estudio, la navidad, todo esto, me entretuvo e hizo que mi desengaño y dolor
fueran llevaderos. Además, mi orgullo herido, no me permitía demostrar nada a
nadie. No pregunte por él, ni nadie me lo mentó. Cosa que agradecí mucho.
A
principio de año, en un diario de la capital, salió un artículo donde se
anunciaba su nombramiento como Presidente General de su compañía en Centro
América.
Me
pareció correcto mandarle una tarjeta para felicitarlo por todos sus logros y
así, lo hice, Nada pasó. Luego, un mes después. Otro aviso en el mismo diario,
ya no en la página económica, si no, en la social, daban la noticia de su viaje
y su recién matrimonio. No mentaban quien era su esposa, nadie de su familia lo
sabía y sus amigos tampoco.
Capítulo III
(Ahora
tenemos que retrocedes a mi niñez. ¿Por qué? Ya lo sabrán. ¿Recuerdan que te
les dije que el destino jugaba con uno?
Pues van a ver como lo hizo conmigo).
Cuando
pequeña tuve la oportunidad de ver en mi colegio un libro sobre una linda
ciudad, que sin saber por qué, yo describía a las mil maravillas, como si
hubiese vivido en ella. Pues, a esa ciudad iría él.
A
fines de ese año, viendo mi correo, encontré un lindo mensaje. ¡Nunca nadie me
había escrito de esa manera, alabándome tanto y jurándome que nunca había
dejado de amarme! Fuera de eso, me pedía perdón confesaba su infidelidad, su
infelicidad y su desgracia. Pero no comentaba nada sobre su esposa ni del hijo,
que ya, debía haber nacido. Y según
decían,(por qué se supo y fue un escándalo) fue el motivo real, para su matrimonio
precipitado y en secreto.
Me
llegó al alma, pero no respondí. Lo guardé y cada vez que podía, lo volvía a
leer. Bueno, pasó el tiempo. Mi vida siguió su curso y dos años después, otro
aviso en el diario capitalino, el mismo de siempre, el que me traía, las
últimas noticias de ese hombre que marcó mi destino, me estremeció y a todos
los que lo conocían, les pasó lo mismo.
En el, contaban, como había sido acecinado en
el despacho de su casa, por un compatriota no conocido.
Su
cuerpo fue traído al país. No asistí a sus exequias. Después de ello, no volví
a saber nada, ni de nadie, que tuviera que ver con él, directa o indirectamente
y nunca se supo, ni supe, por qué, ni
como, sucedió esto.
Años
después, viviendo ya en la capital con mi familia. En casa de mi hermana, tuve
la oportunidad de conocer a dos señoras, una muy amiga de ella y a su hermana.
Una muy contenta en su matrimonio, mientras la otra, no quería saber nada del
suyo, pues estaba divorciada. Luego, de unos cuantos tragos y una buena música,
esa señora, que se llama Daniela, comenzó a contar toda su historia. ¡Yo no
podía creer lo que estaba escuchando!
¡Era
mi historia!. Todo lo que yo, ya les he
contado. Más todo aquello, que en su momento, no tuve la oportunidad de
conocer.
Capítulo IV
Mariana
siguió su relato: (A estas alturas, ninguna de nosotros hablábamos). Entonces, Daniela siguió su historia: Cuando
Fernando llego a la capital, (así se llamaba él) a ocupar su puesto de
Presidente de su Compañía, la secretaria que ella y su esposo tenían en su
oficina, los dejó y consiguió un puesto en esa multinacional y su jefe, era
¡Fernando!
Ellos
lo conocían. Ya que eran de la misma Ciudad. Y estaban en el mismo círculo
social. Sabían de su novia, de lo mucho que la quería, de lo que se afanaba
para comunicarse con ella y todos los detalles que ya Uds. saben. Cuando lo
nombraron para Centro América, todo el círculo de sus amigos supo de sus planes
de boda con ella, con su novia. Luego, la sorpresa de todos, cuando se casó,
sin decir nada, con otra mujer, con la ¡secretaría! Dejándolos a todos
perplejos. Entre ellos, a nosotros.
Nadie
volvió a saber nada de él, hasta el día de su muerte.
(Ese
día comenzó el calvario de Daniela). Su esposo había salido de viaje. No tenía
ni idea para donde. Solo sabía, que era un viaje de negocios, urgente y según
él, muy importante.
Días
después de la muerte de Fernando, le llegó la noticia, por medio de un
comunicado de la Embajada de nuestro
País, en esa República. “Que su esposo, Carlos, era el que había acecinado a
Fernando y que estaba detenido por éste delito”.
Viajó,
aún sin entender el por qué de lo que había ocurrido y estando allí, se entero
que el hijo de Manuela, (así se llamaba la secretaria y luego esposa de
Fernando,) era de su esposo y por celos, lo había matado. Ya, quería que ella
volviera con él y tener a su hijo cerca y que el niño, supiera, quien era su
verdadero papá.
Mariana
hizo una pausa y suspiro. Para seguir luego: ¿Se Pueden imaginar mi sorpresa?
Daniela, lloraba, pero no tenía ni idea
de que yo fuera esa chica, de la cual su amigo estuvo enamorado. ¿Cómo era que
no había caído en cuenta por mi nombre, por mi carrera que era yo? Ninguna de
nosotras podíamos hablar. Solo escuchábamos a Mariana.
Capítulo V
Mariana
continuo: Estaba conociendo el motivo que Fernando tuvo, para no llegar ese fin
de semana que quería hablar con su familia y con mis padres. Ese motivo que
nadie, dijo y que yo, no pregunté jamas.
Tal
vez... EI quería, a un después de muerto, que supiera la verdad. Que no me había
dejado de amar nunca, que no me había engañado y que todo lo que me decía en su
carta, era verdad. Esa carta que parecía que había escrito en el momento en que
descubrió la mentira de esa mujer, la cual, lo llevó a su desgracia.
Cuando
Daniela me vio llorando, me pidió disculpas, y me dijo: "No creí que mi
historia te causara tanta impresión”. Quise contártela, al saber que eres
escritora ¿Pero no sabes una cosa? .Me gustaría, algún día, conocer a esa chica
que era la novia de Fernando y me contara algún detalle de este episodio, que
sin conocemos, nos une y que fue muy duro para las dos.
Mariana volvió a quedarse callada unos momentos
y continúo: Entonces. Le conteste:" Esa chica soy yo".
Ahora,
era ella, la sorprendida. No lo podía creer. Mi hermana y su hermana tampoco.
¿Cómo fue posible que siendo ellas amigas por tanto tiempo y buenas amigas,
jamás, hubiesen llegado a comentar algo sobre ese episodio tan importante en
las vidas de sus respectivas hermanas?
Mariana
nos miró y terminó: Daniela lloró un buen rato y yo, con ella. Luego, me contó
que Carlos seguía preso en ese País y que se había divorciado de él, por todo
ocurrido.
¿Se
imaginan lo que ha hecho el destino, la vida o esa fuerza que nos maneja, con
Mariana?
Ahora,
esa inquietud, ese por qué, ese no saber qué había pasado, ya había terminado. Terminó para ella.
Esa
carta hermosa que él le escribiera, ya
no la guarda. Después de leerla por última vez, la ha borrado… Y nosotras, sus amigas, no la
conocimos.
De
esa mujer que destruyó su vida y la
vida de tantas personas a su
alrededor, como de su hijo, no se volvió
a saber nada.
¿Quien puede decir que algún día no podamos
encontrarnos y saber su versión de ésta historia?
Mariana
volvió ha hablar: ¡Ah! se me olvidada. ¿Recuerdan que les conté, que la Ciudad
donde Fernando estaba, la había visto, cuando era una niña, en un libro y la
describía como si hubiese vivido en ella? Pues, el edificio donde él vivió y
murió, puedo decir, que lo conozco. Con los ojos cerrados puedo moverme dentro y
fuera de el y nunca he estado allí
¿Cómo? No se….
Narración,
de un hecho real.
Eva
Miércoles
5 de Diciembre de 2012
Derechos
de Autor Reservados