MATILDE ALVAREZ
DE ESCOBAR
Otra vez la familia en
pleno, enfrenta el dolor de otra
partida. Inesperada, incomprensible, pero tan real, como dolorosa.
Otro de los nuestros ha
partido al mundo de la luz, del amor,
prometido por Dios. Otro que esperara, que los demás, lleguemos, para que de
nuevo, estemos juntos.
Matilde Álvarez de
Escobar ha muerto.
Fue la esposa fiel y enamorada, de mi hermano
César Octavio Escobar Sierra (Tata).
Fue la hermana, mi
hermana. La amiga, mi amiga. ¡De la que aprendí tantas cosas! Era buena,
generosa, desprendida, e inteligente.
No porque se haya
marchado, puedo decir o tengo que decir, que era perfecta. No, Simplemente, era
buena.
Era un ser humano, de
gran valía, herencia recibida de su hogar.
De ese hogar, de esa familia, donde nació, se
crio y se educó. Por ello, fue la esposa de mi hermano, amada y querida por mis
padres, como una hija más y querida por nosotros, (sus cuñados) como una
hermana.
Hasta siempre querida
hermana.
Los recuerdos, de mi
niñez, te incluyen. Aunque muchas veces, los hayamos olvidado.
Están ahí, existen y
nada, ni nadie, los pueden borrar, desfigurar, cambiar, porque se vivieron.
Un abrazo para todos
sus hijos, mis sobrinos:
Diego Luis, Beatriz
Elena, Judit Matilde, Ángela María, Juan David, Tomás Santiago y Antonio José,
que le sobreviven y toda su descendencia.
Eva,
Eva Margarita Escobar Sierra.
Bogotá,
miércoles, 16 de mayo de 2018
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