Hola amigos:
Volveré con mi
COLUMNA “LA VOZ DE LOS QUE NO
TIENEN VOZ”. ¿La recuerdan?
Es esa voz perdida que
se levanta ante una sociedad que dice: Que la respeta y de un Gobierno que
dice: La hace respetar.
Es la voz de los
ancianos, de los viejos. Maltratados, nunca escuchados, jamás tenidos en
cuenta, aún en las cosas más pequeñas o en las más trascendentales e
importantes.
Pueden tener en su haber, diplomas, que los acreditan como
personas educadas y preparadas, viajadas y cultas. O pueden ser sencillas, pero
con un gran bagaje de experiencia que siempre será útil a la sociedad, por lo
ya vivido y aprendido en el transcurso de sus años. Pero son menospreciados
porque tiene equis o zeta edad y son maltratados, en oficinas, en tiendas
lujosas o sencillas. En el transporte, barato o caro. ¡Que risa! Por la familia,
a la que le dio todo, o nada, si son solos, donde le quieren robar su vida, su
derecho a vivirla, su identidad, “TODO” ¡Y la sociedad y las leyes también!
Pero lo más ridículo, lo
y doloroso es ver como las prestadora de SALUD son las peores para tratarlos,
para atenderlos para guiarlos.
Mi columna está a su disposición, para que si
lo desean, denuncien, algún caso, de maltrato
físico o psicológico (El más usado) que conozcan, pero sin nombres propios. Pero
siendo Ud. sí, totalmente responsable de cada palabra que escriban o digan. De
lo contrario no se publicará.
E. M. Escobar. S.
Periodista
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