Buhardilla

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sábado, 30 de noviembre de 2013

CAPÍTULO IV (ULTIMO) DEL DIARIO DE MARY AN


CAPÍTULO IV (ÚLTIMO)

DEL DIARIO DE MARY AN

Como les conté: Mary An y Fernando se encontraron en la cafetería del Club  y hablaron de todo lo que  les había ocurrido en los años que  dejaron  de verse. Sus logros, sus fracasos, sus carreras y su amor.

En esta parte del diario de Mary An, quede sorprendida. Todo lo que había pasado en su casual encuentro, era natural, era lógico. Pero al leer y releer esta última parte, estaba desconcertada, no entendía el porqué  de muchas cosas. O no de muchas, de una sola. La más importante decisión en la vida de alguien. ¿El por qué? A ninguno de su grupo de amigos,  nosotros, nos comentó nada en ese entonces y ni siquiera hoy, habla de ello. 

Mary An, ya no estaba en la Ciudad. Se había marchado y para siempre. ¿Cómo averiguarle algo tan de ella, por algún medio de comunicación? Por ello, me dejo el diario, su diario y me pidió que no le preguntara nada, que escribiera sobre él y nada más.

Descubramos algo  de lo que ocurrió: Ya les conté que el encuentro de ellos fue casual, inesperado y que nunca había ocurrido en más de diez años. (El destino, siempre jugando con nosotros) Ya les comente de su charla. (Recuerdos, trabajo, estudio, logros, fracasos y amores que creyeron que podían, haber hecho olvidar el gran amor que se tuvieron) ¿Pero el amor que se tenían en ese momento, que? 

La escena era de cuento de hadas… Una linda tarde, de Junio Un jardín esplendido con perfumes de nardos, rosas y jazmines. Un lago, lleno de lotos, cisnes y patos: La música del agua, al ser movida por la brisa suave de un día de verano. El encuentro de dos enamorados, los recuerdos que despertaban sensaciones, dulces, añoranzas, tiernas y olvidos prolongados, que no eran nunca el final, sino el preludio de otro siclo de recuerdos, nuevas lágrimas y sonrisas envueltas en suspiros para continuar viviendo.

Ese era el escenario donde se encontraron.

Mary An, llevaba siempre en su mano izquierda, en el dedo anular, la argolla que Fernando le había colocado cuando se separaron. Esa tarde no era la erección. El también llevaba una argolla ancha, en la misma mano y en el mismo dedo.

Cuando terminaron de hablar de todo lo pasado en tan largo tiempo de no verse, Fernando le tomo las manos y le dijo: “Mary An, ya es hora. Casemos y no volvamos a separarnos” ¡Aquí está la sorpresa! Mary An, lo miro y le dijo: “Ya no vale la pena, hemos vivido nuestra vidas solos y separados. Ya no vale la pena y se puso a llorar” Él la abrazo, se dieron un beso, largo, luego, beso la mano y la argolla que ella llevaba y le mostró que en su argolla también decía lo mismo que en la de ella. “Fernando y Mary An y una fecha"

Mary An se levantó y salió del club, para nunca más volver.

 Días después, me entrego su diario y aunque escribí mucho todavía estando ella con nosotros, nunca lo vio. La víspera de su viaje  pasamos juntas, hablando de su vida y sus proyectos y al día siguiente, fuimos a dejarla al aeropuerto.

Fernando estaba allí. Pero no se acercaron. Cuando Mary An terminó el recorrido del túnel de acceso al avión y llego a el,  miro a lo lejos y con la mano le dijo adiós. Solo se oyó, un: ¡Oh no! Fernando, quiso pasar y no se lo permitieron. Ya estaban cerrando la puerta del avión.

Desde entonces, nunca más se volvió a saber de Fernando. Dicen… Que se fue. Que vaga por el mundo, buscando a su amor. Mientras ella, Mary An, ejerce su profesión y vive sola con sus recuerdos, sus sueños, lejos muy lejos de su Ciudad, donde nunca volvió.

Ahora, nosotros sus  amigos queremos verlos juntos. Por ello, publico el DIARIO DE MARY AN. Una mujer única y valiosa y queremos, que Fernando descubra donde esta ella y la encuentre. En otro encuentro inolvidable… Único… Definitivo…


Fin del Diario de Mary An. 

Eva  
Domingo 1 de Diciembre de 2013
Derechos de Autor Reservados         


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