OTRO
DIÁLOGO CON DIOS
DEL
LIBRO
"CARTAS
QUE NUNCA LEERÁS"
DIALOGO
CON DIOS (4)
Señor:
Estoy de nuevo contigo. Como todos
los días me reporto ante ti y hoy, te traigo mi soledad. Puedo percibir tu
grandeza en el azul del cielo, en el verde follaje de los árboles, en el suave
aroma de las flores, que me trae la brisa, oigo el arrullo de los pájaros y el
murmullo, a lo lejos, del agua y aun así, no soy feliz. Reconozco tu grandeza,
agradezco el don divino de mi vida y de gozar de todos mis sentidos para
disfrutar de ella y aun así, no soy
feliz. Te doy gracias por todo lo que me das, sé que no me desamparas ni un
instante y aun así, no soy feliz y Tú sabes ¿Por qué? Porque él, me falta, porque
no quiere comprenderme. Porque de nuevo nos hemos separado.
Cuando Tú hiciste que nuestras
vidas se cruzaran. Cuando, sin que mi
voluntad contara para nada. Me
enamoré. Cuando por primera vez,
nuestros ojos se encontraron y el me miró sin verme. Me enamore. ¿Por qué lo
permitiste, Señor? Tú, que sabes el pasado, el presente y el porvenir. ¿Por qué
permitiste que esto me pasara, si no iba a ser feliz?
¿Por qué, este amor, se convirtió
en una pesadilla. Si era el sueño que Tú y yo habíamos forjado desde que, era
niña? Señor: Ahora, que creía que esa felicidad, no me iba a ser negada, por
qué, no la pudo alcanzar? Señor, contéstame. ¿Dime? ¿Qué ha pasado? Tú sabes
bien, que no busco nada distinto a su amor y que se deje amar, para que los dos
podamos ser felices. El, ha amado mucho…Y aun así, no sabe cómo amarme y
no quiere aprender. Parece que no sabe
que este sentimiento da felicidad, dicha, paz, tranquilidad y serenidad. Que
siempre es distinto, Si. Pero siempre es igual.
Señor, te lo he entregado a Ti.
Como también, te he entregado este sentimiento loco, desbordante, único, que Tú
y solo Tú, dejaste que naciera en mi y he esperado que Tú, lo borres de mi
corazón y de mi mente y me des la paz, que trae la resignación de perder a
alguien, que nunca más estará conmigo. Y
no lo has hecho. Sigo sufriendo día a día, sigo pensando en él, sigue metido en
mi corazón, sigue tatuado en mi alma, sigue siendo parte de todo mi ser ¿Por
qué Señor?
¿Por qué? Ya no puedo más. Quiero
liberarme de éste tormento, porque es un tormento, como yo lo amo. Y dejas, que
pasen los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas los meses y
aún, los años. Y éste sentimiento, sigue igual, como el primer día, Bueno,
Señor.. .. Ya me has oído hoy. Siempre me escuchas, siempre estás ahí para consolarme,
para darme fuerzas para seguir luchando.
No me abandones, ni lo abandones a
él. Has que sea feliz y que ésta felicidad se refleje siempre, en sus ojos, en
su sonrisa y en su voz. Has que realice todos sus sueños, que aprenda de nuevo
amar con fe y que en este sentimiento reconozca grandeza. Bendíceme y bendícelo
también a él, no dejes que sienta el vacío de la soledad y has, que recuerde,
si esta triste, que yo lo amo.
Hoy, también, quiero darte las gracias por el
tiempo que me dejaste gozar de su compañía, por la dicha de escuchar todos los
días su voz, por la ternura con que me trataba, por el cariño que me demostró,
por hacerme sentir amada, deseada, por sentirme parte de su vida, de sus
proyectos, de sus sueños. Gracias, señor, por todo ello. (me amó a su manera)
pero me hizo muy feliz. Hizo que me acercara mucho más a ti. Pero no quiso ver
la vida desde mi punto de vista, desde esa
dimensión diferente, casi mágica, donde todo puede ser fácil, sencillo y
quizás, irreal.
Fue muy hermoso, lo que permitiste,
aprendiera de el y por ello, te doy las gracias.
Estoy, sola, estoy triste, hay
dolor en mi alma, pero sé que tu me ayudarás a que esto, se convierta en un
lindo recuerdo y esa felicidad, que Tú, permitiste que viviera, ni él ni nadie,
me la pueden robar.
Hoy, los recuerdo me abruman, mis
sentimientos como puedes ver, son contradictorios, a veces, me siento feliz de
recordarlo. Y a veces, siento una rabia desmedida por que no entiende lo que yo
quiero. ¡DIOS! ¡Solo quiero confianza y
que respete mi individualidad!.
Bueno Señor. Espero escuches todo lo que te he dicho y me
respondas. Dame la paz que tanto necesito y bendícenos siempre, a los dos.
Ya me voy Señor, espero mañana cuando
venga a reportarme, no hablarte más de el.
Tengo tantas cosas lindas para
contarte Señor, hablaremos mañana de
ellas. Pero que no puedo
compartirlas con él y si estuviera a mi lado, seguro, que mis pequeños grandes
logros no lo harían feliz.
Mar
Jueves 1 de Noviembre de 2012
Derechos de Autor Reservados
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