Buhardilla

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miércoles, 31 de octubre de 2012

DIÁLOGO CON DIOS (4)




OTRO DIÁLOGO CON DIOS

DEL LIBRO

"CARTAS QUE NUNCA LEERÁS"





DIALOGO CON DIOS (4)



Señor:
Estoy de nuevo contigo. Como todos los días me reporto ante ti y hoy, te traigo mi soledad. Puedo percibir tu grandeza en el azul del cielo, en el verde follaje de los árboles, en el suave aroma de las flores, que me trae la brisa, oigo el arrullo de los pájaros y el murmullo, a lo lejos, del agua y aun así, no soy feliz. Reconozco tu grandeza, agradezco el don divino de mi vida y de gozar de todos mis sentidos para disfrutar de ella y aun  así, no soy feliz. Te doy gracias por todo lo que me das, sé que no me desamparas ni un instante y aun así, no soy feliz y Tú sabes ¿Por qué? Porque él, me falta, porque no quiere comprenderme. Porque de nuevo nos hemos separado.

Cuando Tú hiciste que nuestras vidas se cruzaran. Cuando,  sin que mi voluntad contara para nada.  Me enamoré.  Cuando por primera vez, nuestros ojos se encontraron y el me miró sin verme. Me enamore. ¿Por qué lo permitiste, Señor? Tú, que sabes el pasado, el presente y el porvenir. ¿Por qué permitiste que esto me pasara, si no iba a ser feliz?

¿Por qué, este amor, se convirtió en una pesadilla. Si era el sueño que Tú y yo habíamos forjado desde que, era niña? Señor: Ahora, que creía que esa felicidad, no me iba a ser negada, por qué, no la pudo alcanzar? Señor, contéstame. ¿Dime? ¿Qué ha pasado? Tú sabes bien,  que no busco nada distinto  a su amor y que se deje amar, para que los dos podamos ser felices.  El, ha  amado mucho…Y aun así, no sabe cómo amarme y no quiere aprender.  Parece que no sabe que este sentimiento da felicidad, dicha, paz, tranquilidad y serenidad. Que siempre es distinto, Si. Pero siempre es igual.

Señor, te lo he entregado a Ti. Como también, te he entregado este sentimiento loco, desbordante, único, que Tú y solo Tú, dejaste que naciera en mi y he esperado que Tú, lo borres de mi corazón y de mi mente y me des la paz, que trae la resignación de perder a alguien, que nunca más estará conmigo.  Y no lo has hecho. Sigo sufriendo día a día, sigo pensando en él, sigue metido en mi corazón, sigue tatuado en mi alma, sigue siendo parte de todo mi ser ¿Por qué Señor?

¿Por qué? Ya no puedo más. Quiero liberarme de éste tormento, porque es un tormento, como yo lo amo. Y dejas, que pasen los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas los meses y aún, los años. Y éste sentimiento, sigue igual, como el primer día, Bueno, Señor.. .. Ya me has oído hoy. Siempre me escuchas, siempre estás ahí para consolarme, para darme fuerzas para seguir luchando.

No me abandones, ni lo abandones a él. Has que sea feliz y que ésta felicidad se refleje siempre, en sus ojos, en su sonrisa y en su voz. Has que realice todos sus sueños, que aprenda de nuevo amar con fe y que en este sentimiento reconozca grandeza. Bendíceme y bendícelo también a él, no dejes que sienta el vacío de la soledad y has, que recuerde, si esta triste, que yo lo amo.

 Hoy, también, quiero darte las gracias por el tiempo que me dejaste gozar de su compañía, por la dicha de escuchar todos los días su voz, por la ternura con que me trataba, por el cariño que me demostró, por hacerme sentir amada, deseada, por sentirme parte de su vida, de sus proyectos, de sus sueños. Gracias, señor, por todo ello. (me amó a su manera) pero me hizo muy feliz. Hizo que me acercara mucho más a ti. Pero no quiso ver la vida desde mi punto de vista, desde esa  dimensión diferente, casi mágica, donde todo puede ser fácil, sencillo y quizás, irreal.

Fue muy hermoso, lo que permitiste, aprendiera de el y por ello, te doy las gracias.

Estoy, sola, estoy triste, hay dolor en mi alma, pero sé que tu me ayudarás a que esto, se convierta en un lindo recuerdo y esa felicidad, que Tú, permitiste que viviera, ni él ni nadie, me la pueden robar.

Hoy, los recuerdo me abruman, mis sentimientos como puedes ver, son contradictorios, a veces, me siento feliz de recordarlo. Y a veces, siento una rabia desmedida por que no entiende lo que yo quiero.  ¡DIOS! ¡Solo quiero confianza y que respete mi individualidad!. 
   
Bueno Señor. Espero  escuches todo lo que te he dicho y me respondas. Dame la paz que tanto necesito y bendícenos siempre, a los dos.

Ya me voy Señor, espero mañana cuando venga a reportarme, no hablarte más de el.

Tengo tantas cosas lindas para contarte Señor, hablaremos mañana de  ellas.  Pero que no puedo compartirlas con él y si estuviera a mi lado, seguro, que mis pequeños grandes logros no lo harían feliz.


Mar

Jueves 1 de Noviembre de 2012
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